Volar


Página cinco, día ocho.
Cielo lila, dolor punzante. Tensión alta, dolor de pierna insoportable, meloxicam, gritos exagerados en casa ajena. 

Desperezarse y llorar internamente. Dolor invisible y silencioso, carita triste, recuerdos ajenos a mí pero de imaginación creadora: de un cuarto rojo, pieles de madrugada, Tokyo, sushi, palitos chinos, fotografías instantáneas, gemidos y mucho amor. Canciones rotas y enamoramiento paulatino, salas de avión, Guadalajara, dinero, cámaras, Bogotá, tobogán andaluz y seven eleven, Monterrey y películas con proyector. 

Por aquí, un verde pastel, un lila y un vinotinto seguro de terciopelo. Un alma rasgada y bolsas de basura, todas repletas de sentimientos que ya no me arden, cigarros quemados y una paz interior incomparable. Ya no soy quien engaña o pretende y luego raya las paredes con maquillaje o marcador rojo. Ahora soy quien toma las tijeras y corta el copete, el cabello, quien gasta la materia con lo que le antoja, en su tiempo, y guarda los diezmos en un cajón con llave para no olvidar llevarlos al alfolí, ahora no releo historias, simplemente las escribo, y las vivo, a mi modo. Desde que Roger llegó, la vida me ha cambiado, en general para bien, pero hay contrastes. Hoy es uno de esos días tristes. Esta semana me a ayudado a aumentar la tristeza y me ha roto el alma de a pedacitos, pero escribir, es lo único que me alivia por momentos. Me gusta el filtro frío de color azul verdoso pálido de casa, porque siempre se acomoda al frío interno de lo que se vive cuando vengo. 
Día de madres, descanso en casa de mamá, sé que debería estar adelantando el proyecto de grado pero estoy esperando que se acerque más el día de la entrega y sentirme en un intro postpunk para hacerlo todo de una buena vez. Debería reconsiderar comprar una matera de hortalizas o de monstera. A mí también me duele el pecho amor mío, pero a duras penas puedo motivarme para levantarme y hacer lo que se supone que debo: ordenar la casa, preparar mis alimentos, tomar agua, vitaminas y sobrevivir. La razón verdadera por la que he venido a visitar a mamá es porque extraño sentir compañía, al menos en silencio, se siente lindo ver crecer al pequeño Elliot, es un niño hermoso, de sentimientos puros y amor verdadero, Jania me sorprende cada vez más, y mamá, hoy está mucho mejor que el martes. Suenan canciones de mi infancia y siento algo de paz, papá me llama y sigo gritando. Esta semana mis sentimientos están superándome y sigo eufórica. Diez de Mayo, Mayito ¿me sorprenderás? Quedan veintiún días, veintiún para saber si eres tú el hombre de mi sueño del primero de enero.
Me antepongo y lo respondo, la respuesta es un __.
Viendo fotos viejas de recién nacida, mi primer, segundo y tercer año de vida. Hace tanto frío que me duelen los pies y las manos, tengo ganas de hacer pipí y ya no me duele tanto el corazoncito, amo mucho a Roger, sin peros. Voy a silenciarnos por amor, a él y a mí.

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