Hoy la vida suena como Ragged Wood de Fleet Foxes.

Escuchar música que me recuerda a mi adolescencia me hace meditar mucho más en la vida y entender qué hago aquí. 

Han pasado miles de cosas nuevas, muchas tristes, muchísimas felices. Este 2024 ha sido un año de darme cuenta de todo lo que me hubiese perdido estos once años de vida maravillosa que he tenido si mi primer intento de suicidio del 2013 hubiera surtido efecto, y la verdad es que la vida se ha acomodado de una manera hermosa e inesperada. 

Ha sido un año lleno de contrastes lindos, servir a Dios con mi vida y en mi día a día, perseverando en esta salvación linda que Él me regaló. Dando clases a los niños, en comunicaciones, en las reuniones los martes. Compartiendo y conociendo gente nueva. Amando y aprendiendo sobre el perfecto amor con mi esposo.  

Empezó el año desde una vista espectacular cerca a la torre colpatria, los días eran de muchas salidas al no tener trabajo, fotos, helado en Bruce, festival de la chicha con papá y Rog, ver luces en Madrid y otros pueblos… pijamadas con Elliot, freelances, Polaroids, tratamiento asqueroso para helicobaxter, cafés bonitos, bubalu, dss, pruebas de diseño en empresas que jmmm, estrenar celular, volver a ver a Momkey, KB con Pipe y Katt, ver a The vaccines y Blink desde afuera del Simoncho, y luego ver a Arcade Fire de manera inesperada en primera fila, apoyar en la grabación de un video musical, mundo aventura, el MAMBO, tropicalia, parchar con Pau y Andrés, ir a la cinemateca, comer perrote, la desgraciada perdición de la casa de los famosos, endoscopia, colonoscopia, leer no sé cómo mostrar donde me duele, comer en voodo, mesón Santé, arte en la Macarena, ir a catastro, ver a Ricardo después de 5 años, gripa asquerosa mientras hacía la prueba de diseño en la agencia donde Dios me regaló este trabajo espectacular, fotos y seguir comiendo delicioso con Rog, ver crecer a Elliot y Santi a veces como dentro de un sueño, conocer a la amiga, celebrarla, primer campamento de parejas, ir a Medellín por primera vez a VER A INTERPOL ❤️❤️❤️❤️❤️, parque explora, ir a la editorial tragaluz ❤️❤️❤️❤️❤️ (escribiendo esto me doy cuenta que eran sueños muy grandes que cumplí en un mismo viaje) gracias Dios. Ir a clap burguers, extrañar a Sam, empezar un nuevo trabajo y conocer gente nueva; comprar muchas cosas nuevas con excusa, outfits, fiesta Lost in translation, ir a el aeropuerto a comer en crepes en la madrugada, conocer a Martita Durán, ideas en la agencia, hacer mucha pasta para llevar almuerzos prácticos, barcos de papel con Elliot; la copa America, Mc Donald’s, ir a una lechonería en la m pero re buena, SER TALLA 6 por primera vez en la vida; (gracias Helicobacter)🤦🏻‍♀️, diseños chimbas, ir a guatavita y sentirme de lo más nostálgica de la vida, hacer videos para Herbal E, renovar la visa🇺🇸, el rincón del taco, lugares fancy de postres, fotos para Momkey, ponerme triste porque sacaron a Juan y a Feli de mi equipo, ganarme un cocktail Hendricks, amar mi spot de la oficina, trabajar en dos bodas, brunch crepes, ver a Cami Ramírez después de 20 años, celebrar los 80 cumpleaños de mi abuelita Nas, comprar cosas en IKEA, más tacos, beetlejuice, ir a la nueva casita de Katt, fotos con Feli, lavarnos y estar jodida de la espalda sin saberlo, octubre maravilloso y las vacaciones de ensueño con mi esposo, la hermosa casa roja de nuestros sueños, días para no olvidar, cumplir años y ser más celebrada que un presidente. Un perrito con globos, Daria, monserrate, NCarte diseño, Diosa con Pipe y Katt, acompañar en calabazas 🎃 a mi esposo en su trabajo, fiesta twilight, el Pastor del 7 con el pastor. 

Y llegó la dura visita de la enfermedad en octubre.  ( I go to the barn because I like the)

A pesar de la nube gris que muchas veces está sobre mí y me hace desear conocer de manera vehemente la muerte, rescato la nueva sensación de la vida con extrañeza y paz en el corazón, recordar es hermoso, y aunque empecé escribiendo esto en un momento muy introspectivo, recordar me llevó a agradecer todo lo maravilloso que he vivido este año.

No voy a negar que mis estados difíciles y horribles de salud me llevan a unas esferas de desesperación extremas e inimaginables. Sin embargo estoy aprendiendo a navegar a través del dolor físico, no dejando que me sobrepase, aunque muchas veces lo hace. Mi ánimo hay días en los que fluctúa tanto que me desconozco y me pierdo entre los bits. Esos puntos críticos del dolor, donde quiero desaparecer, donde me meto a trabajar y luego quedo sin energía ni ánimo siquiera de pronunciar palabra me aíslan y noviembre fue muy así, una tragedia declarada por un médico pero a la espera de un Dios que hace milagros, noviembre por supuesto estuvo lleno de lágrimas, insomnio, la sensación de estar metida en un mal viaje que no termina, ir de cita en cita, llamar a la eps, dar explicaciones una y veinte veces (cosa que odio con todo mi ser), dejar de ir a la oficina, tener el apoyo de mi esposo, mamá y amigos cercanos, vivir por fe, waffles en casa, mal viaje después de ir a McDonald’s, estar irritable, sentirme impotente, tener tanta rabia y dolor y querer morirme, casa del florero, campamento, Espíritu Santo, dejar de sentirme culpable por cosas que me dañaron, ser inocente delante de Dios, estar tranquila, no sentirme mal por haberme deseado morir, temu, natación, centro felicidad virrey, una gripa mezclada con dolor de espalda y mal viaje, comprar colchón nuevo. Existir. Meditar. Y aquí estamos, hoy en casa medio cuidando a mi mamá porque le prendí la gripa, desconectada un poco con la vida pero agradeciendo por todo esto hermoso.

Agradezco a Dios por todo esto tan increíble; ese contraste entre la incertidumbre y la tranquilidad que sobrepasa todo entendimiento, agradezco a mi esposo que ha sido mi apoyo vital, me ha cuidado y ha decidido seguir estar conmigo en medio de este extraño proceso. Y me agradezco a mi (a lo Snoop Dog) porque he atravesado un año donde pese a que ya venía padeciendo estos dolores; y aunque lo omitía la mayor parte del tiempo; luego de conocer el diagnóstico y darme cuenta que no era hipocondríaca pude verdaderamente descansar; aunque fuese mentalmente. Y sigo aquí, con miedo aunque sé que no debo tenerlo pero con ganas de seguir comiéndome el mundo hasta que Dios me lo permita. Sigo deseando descubrir eso que me apasiona, explorarlo, contemplarlo, retratarlo y volverlo mágico.


Creo que si no escribo, estaré condenada a tener recuerdos vagos de la vida y no seré más que energía que se movió por la tierra sin dejarle algo de qué hablar. Y con silencio despido esta entrada llena de mucha sinceridad y amor.




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