No quiero
No quiero olvidar todos los días lindos que hemos pasado juntos, lo que hemos hecho, lo que hemos logrado y lo que somos ahora después de conocernos.
Hacemos un gran equipo y eso no lo podemos olvidar, los postres en familia con chocolate y helado, los waffles, las películas nocturnas, los “me abrazasx3, me alzasx3, me consientesx3” las salidas chapinerunas por gafas, por fotos, por citas, por lo que sea, las caminatas llenas de historias, las hamburguesas de casa, de cocheros, de burguer King, hacer arepas, el C31, los bailes, las canciones nuevas, despertar para leer la biblia, un libro, leer amor y tiempo, mar en Bogotá, matera, los diarios íntimos. Los chocolates en diferentes versiones, líquidos, semioscuros, blancos. Tu cara cuando te miras al espejo, tu boquita con la mía, no podemos olvidar lo que nos mueve, lo que me hace amarte, lo que te escribo, lo que me inspiras, lo que te amo. Tu carita en las noches con sábila, tratamiento de marihuana, cremas... las trasnochadas de proyecto de grado, el cansancio, los mimitos, los vinitos. Los cumpleaños en familia (que han sido varios en lo que va el año), las trasquiladas de pelo, “los nuevos tratamientos capilares” jaja.
El ESPÍRITU SANTO juntos. Pfff! ¿Qué más que eso? No necesitamos nada más.
No olvidar nuestro cuaderno donde escribimos sueños antes de la pandemia y de la cuarentena que ha ocupado la mayor parte de lo que va del año, todos estos días de colores y la madurez que ha llegado junto con ellos, azules de conocernos y ser felices, rojos de las emociones puras y los días de encierro, verdes de madurez y los días encontrados, amarillos de la constancia y la fe en Dios aumentada. Confiando siempre, esperando lo mejor, luchando todos los días, de estar juntos.
Llegaste para quedarte, eres desde siempre lo sé.
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