Martillo y madera
En días tristes como el de hoy solo quiero sumergirme en el único mundo donde puedo habitar y contemplar todas las posibilidades; el mío.
El mundo moderno, las voces incansables que se levantan día tras día a llenar de música y de pasión los rincones. Amores perdidos, hombres igualados. Un día encontré el cuerpo perfecto, el cual no pude pintar, también encontré las manos más bonitas pero no las pude retratar, en una fortuna de la vida encontré un amor real que no supe conservar y tampoco olvidar.
Quiero hacer.
Hacer arte, con pedazos y trozos de recuerdos vanos en lugares sucios, virtualidades invisibles y besos dejados en lugares ajenos. Hacer arte, con cuerpos que pertenecen a seres desconocidos, con miedo de la verdad y sabiendo que nunca nada volverá a ser como fue. Hacer arte, con el cinismo y la egolatría en su punto máximo, para quemar toda la esperanza y acabar con el fuego.
Mientras tanto amaré, quemaré mis huesos con el hielo frío mientras la neblina espesa me nubla la vista, mientras el dolor que callo me consuma de nuevo hasta llevarme a la cima de la montaña. Confiaré y oraré para que todo esta oleada de incertidumbre calle y yo pueda gritar.
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